Tras el incidente de la noche, me desperté a las 7:20, ya que había que salir del albergue antes de las 8 por indicación del hospitalero, que no estaba a esas horas. Desayuné un colacao (que había comprado en un super el día anterior) y unas barritas.
Al ir a salir, me di cuenta de que el GPS no tenía batería, y caí que no lo había parado el día anterior, así que lo dejé 10 minutos enchufado y salí el último del albergue, en compañía de los gaditanos. La carga me dió para guardar el primer tramo de salida de Orense, que fueron unos 7 km con pendientes muy fuertes, adoquines y tierra suelta, bastante duro y espectacular.
En este primer tramo pude grabar este trayecto de 7 Km con el GPS:
Desde ahí el camino continuaba entre pistas de tierra ciclables, excepto hasta antes de llegar a Viduedo, dónde había una especie de calzada romana imposible de pasar montado en la bici y de no arañarse con las zarzas. La senda venía a salir al pueblo, dónde había un antiguo palacio casi ruinoso con un enorme escudo de armas en una de sus paredes.
Desde ahí salimos a la carretera N-525 y paramos en un bar tras pasar Casanova, justo al lado del desvío hacia Cea. Aproveché para cargar de nuevo el GPS y tomar un café. Decidí seguir por carretera, ya que eran las 11:30 y apenas llevaba 22 Km tras tres horas de bici. Queda para otra ocasión la visita al monasterio de Oseira.
La N-525 discurría entre toboganes, hasta llegar a una fuerte y larga subida de varios kilómetros que separaba las provincias de Orense y Pontevedra. Tiré de barritas y geles de glucosa.
En Castro Dozón finalizaba la subida para volver los toboganes, que me acompañaron todo el día (cuándo no era subida constante...). Pasé Lalín (que por cierto tenía al entrar un parque muy grande con césped, mesas y árboles ideal para descansar, aunque no fue el caso) y llegué a Silleda tras una fuerte subida.
A partir de Silleda había varios kilómetros de bajada. Paré a descansar en Bandeira. Estaba cerca del último albergue antes de Santiago, en Outeiro, así que decidí pasar por el albergue y una vez allí plantearme si seguir o parar como tenía previsto para llegar el viernes 15.
Al salir de Bandeira me aventuré por el Camino durante varios kilómetros. El barro me hizo volver a salir del Camino y continuar por la N-525, así que decidí hacer los 18 Km que me separaban de Santiago.
Aquí el track desde Cea hasta Bandeira:
Tras pasar el río Ulla, seguían los toboganes hasta llegar al cartel de 3 Kms para Santiago de Compostela. Ahí se iniciaba una subida muy dura que se atragantaba bastante y terminaba en una rotonda cuyas salidas estaban todas indicadas en azul (¡¡¡autovías!!!). No había visto peor entrada para el Camino de Santiago, increíble que no haya señalización para bicis.
Me aventuré y seguí recto en lo que no era una autovía, sino una carretera normal con dos carriles por sentido, la Avenida de Santiago de Cuba o SC-11. A partir de ahí seguí las indicaciones para ir al centro y entré por la Avenida de Xoan Carlos I, cruzando a la izquierda por calles peatonales hasta llegar a la Plaza del Obradoiro y ver de nuevo la fachada de la Catedral que tantos recuerdos me trae.
Había llamado antes para reservar en el albergue Acuario, que quedaba bastante lejos del centro pero era privado y por tanto admitía reservas. En el camino ví la tienda de bicis El Velocipedo y pregunté por el transporte de bicis. Al día siguiente la llevé (por cierto la bici llegó perfecta, son muy profesionales).
Al llegar dos días antes de lo previsto a Santiago estuve desde jueves 14 hasta domingo 17 en que salió el avión de regreso a Madrid.
Visita obligada para comer es Casa Manolo (en la plaza de Cervantes), dónde hay un menú espectacular por 9 € (fuí 4 veces y recuperé el peso perdido...) y el bar de tapas A Taberna Do Obispo, bastante más cara pero con unas muy buenas tapas, que está situado en la turística y archifamosa Rúa do Franco.
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