miércoles, 13 de octubre de 2010

Etapa 5: Laza - Orense

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Afortunadamente, cuándo me levanté a las 7:30 aún seguía la bici en su sitio. A las 8:15 ya estaba montado en la bici tras haber desayunado un par de barritas de cereales. Me vino muy bien la luz roja intermitente que me regaló Goyo.

La subida a A Alberguería se iniciaba al poco de salir de Laza por la carretera. Era una subida larga y constante (unos 10 Km), pero con pendientes no muy fuertes. Había mucha niebla, y a medida que se subía se podían contemplar unas vistas espectaculares del valle que dejaba atrás. La humedad que dejaba la niebla era tal que el casco goteaba y la ropa estaba húmeda por dentro.



Llegué a A Alberguería tras una breve bajada final antes de que pasaran 2 horas desde la salida. El pueblo es muy pequeñito, pero tiene un bar de peregrinos único que hay que visitar. El bar tiene forrando paredes y techo las conchas que han ido firmando los peregrinos, y que el dueño del bar te da, además de sellarte la credencial.



El día anterior me había enterado que en los últimos 200 Kms había que sellar dos veces cada día (esto es nuevo de este año, o al menos el año pasado no lo hice y no me dijeron nada al pedir la Compostelana), lo cuál no me hacía mucha gracia porque no me apetecía parar sólo para poner un sello. Recuerdo que en mi primer Camino de Santiago hace 8 años sellábamos en todo albergue y bar que se cruzara en nuestro Camino, como si tener más sellos demostrara algo...

Tras A Alberguería se iniciaba de nuevo una subida por la carretera, hasta bordear un pequeño monte a la izquierda con una gran cruz. A partir de ahí se iniciaba una fuerte bajada hasta Vilar de Barrio. Antes de llegar el pueblo había un albergue nuevo que habían abierto en la estación de Renfe. El Camino continuaba por dos pueblos: Bóveda y Vilar de Gomareite. A partir de ahí se entraba en un antiguo humedal, desecado en la década de 1950, a través de una pista de tierra en forma de recta de varios kilómetros, que se abandonaba en un cruce hacia la derecha para retomar el asfalto en Bobadela. Hay que recordar que un antiguo humedal en Galicia ¡¡es muy húmedo!!, hay que llevar cuidado con el barro en los días de lluvia.



Desde Bobadela hasta Xunqueira de Ambía está bien indicado y hay que ir por asfalto (pero con pocos coches). Desde allí se sigue la carretera a San Xillao por una fuerte bajada, que luego se convierte en subida y así sucesivamente hasta llegar a un polígono industrial y al pueblo de Reboredo, justo antes del alto de Cumial (muy corto pero con bastante pendiente). Desde ahí hasta Orense es carretera urbana, aunque hay tramos de camino de tierra paralelos a la carretera. En una rotonda se toma la Avenida de Zamora y se continúa recto, hasta girar a la derecha para entrar en el casco histórico peatonal, dónde está la Catedral. El albergue está cerca de la Catedral, junto a un cementerio, en la parte más alta de Orense.



Antes de ir al albergue pasé por una tienda de bicis sobre las 13:00, Ciclosport Gil, dónde ¡¡¡por fin!!! pudieron hicharme el amortiguador y ajustar el SAG para mi peso y el de las alforjas. Compré también unas barritas y geles de glucosa que me vinieron luego muy bien.

En el albergue tuve que esperar casi una hora por si llegaba gente andando, que tenían prioridad sobre los ciclistas. En la hora que estuve en la puerta no apareció un sólo peregrino. Estuve hablando con el hospitalero (Carlos) mientras del potencial de la industria China, de los diseñadores de Orense, mi bici, etc. Es un tio bastante seco (es gallego...) pero cuándo coge confianza ves que es buena gente. En los dos Caminos de Santiago que he hecho en bici, era el segundo albergue dónde me hacían esperar por tener prioridad los peregrinos a pie.

Como no quité alforjas ni nada de la bici, se me olvidó parar el GPS, por lo que estuvo funcionando hasta que se quedó sin batería, por lo que este recorrido tiene las horas mal, y al día siguiente me quedé sin batería y sólo pude recoger algunos tramos con la batería que pude recargar en el albergue antes de salir y en un bar :-(

Cuándo llegaron los gaditanos, me fui con ellos de turismo por la ciudad. Es un lugar bastante interesante. Si bien no conserva edificios antiguos, sí que hay un Palacio, la Catedral y varias iglesias. Tiene también unas termas junto al rio Miño, dónde la gente se baña en agua a más de 40ºC.



Hay también un puente muy particular, dónde se puede pasear en un óvalo a varios metros por encima y por debajo del puente.



Después del paseo, unas tapas en Lizarrán, charleta y al albergue. El hospitalero Carlos nos dejó meter las bicis dentro a todos (seis en total).

Cuándo ya estaban casi todos durmiendo, a las 23:30 llegó un tal "Guillermo" al albergue, dando golpes en la puerta para que le abrieran y despertando a todo el mundo. Al parecer había avisado al hospitalero porque llegaba de Santiago en tren a esa hora. Alguien se lo recriminó y dijo que llevaba 20 años haciendo el Camino (espero que hayan sido varios...). Espero que antes de los 21 años aprenda que es más respetuoso buscarse un hostal barato que despertar a todo el mundo que, al contrario que él, estábamos a medio hacer el Camino y bastante cansados.



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